A diferencia de otras disciplinas, nosotros comenzamos el entrenamiento desde el día uno blandiendo un arma. Por ende, debemos ser conscientes de la responsabilidad que esto implica y cuán importante es la seguridad en esta actividad. La prioridad es cuidarnos y evitar así cualquier riesgo innecesario.
Nos caracteriza un ambiente familiar e integrador que reune por igual a hombres y mujeres de cualquier edad en una misma clase; y ésta no limita su participación a quienes poseen alguna dificultad siempre y cuando esto no afecte su propia integridad o la del resto de la clase.
Desde el Círculo Histórico tenemos la convicción de que esta disciplina fue practicada por cualquier individuo capaz de levantar un arma. Y principalmente, que la mayor parte de los tratados de esgrima están orientados a una casta militar elitista, donde muchas veces quienes poseían el dinero necesario para contratar a estos maestros de esgrima no eran justamente jóvenes virtuosos sino veteranos adinerados, lesionados y ocasionalmente fuera de estado.
A diferencia de oriente, en occidente no se nace rodeado de una tradición marcial; sino que se hace. Se busca. Se elige como camino. Si bien ambos extremos del mundo llegaron finalmente a las mismas conclusiones, tomaron en general caminos diferentes. El Occidente medieval toma la herencia greco-romana y construye su propia cultura marcial desde el uso de la fuerza y las palancas del cuerpo. Comienza confiando en la protección de su armadura hasta que la evolución de la disciplina y la fabricación de mejores armas le otorga la confianza para inclinarse por la velocidad y el perfeccionamiento técnico. Es entonces que el esgrima no solo pertenece al campo de batalla sino que ahora también se practica en escuelas civiles. La proliferación de estos sistemas y sus referentes produce un crecimiento exponencial de la técnica y logra un nivel tan bueno como el de oriente.
Nuestra escuela sólo posee cinco niveles de entrenamiento que no se caracterizan fundamentalmente por parámetros de habilidad o técnica, sino por alcanzar metas de seguridad que permitan trabajar a un nivel mayor de complejidad sin aumentar el riesgo. Claramente hay objetivos que cumplir, pero las clases de adaptan a las necesidades de los miembros y se los acompaña tan personalizadamente como es posible para que puedan superar sus obstáculos.
El practicante comienza adquiriendo los conocimientos básicos sobre la disciplina: el cómo, cuándo y por qué. Trabaja en desarrollar autocontrol y dominio del arma estudiando el comportamiento de las armas de la primera mitad de la Edad Media.
El practicante busca adquirir la destreza necesaria para desenvolverse en su entorno con fluidez y rapidez. Comienza a disociar el uso de sus brazos para utilizar armas a una mano o dos elementos en simultáneo como por ejemplo: la espada y escudo. Reemplaza el combate lineal por un trabajo de área y una posición defensiva por la modalidad de contraataque directo.
Esta etapa de transición pretende exponer las diferencias técnicas de una disciplina orientada a la fuerza y resistencia - como lo es el combate en el campo de batalla - con la velocidad y precisión de aquella orientada a un duelo individual. Se introduce en forma optativa el contacto recurriendo a la adquisición del equipo de seguridad idóneo.
Comenzamos a trabajar specíficamente sobre los tratados de esgrima que sobrevivieron a la historia; principalmente de fines de la Edad Media y del Renacimiento. La exigencia física crece en tanto que la técnica se perfecciona y la estrategia se vuelve un factor intrínseco del combate.
Habiendo incorporado tantos recursos como le fue posible, el practicante comienza el verdadero camino del perfeccionamiento buscando dominar las armas de su interés. Comprender las virtudes y defectos de cada tipo de arma y las técnicas óptimas para su uso requiere de una gran experiencia y de pasar por el desafío de enfrentarse a tantas situaciones como sea posible.
La escuela crece gracias al constante desarrollo de un manual de esgrima propio; confeccionado en base a la experiencia anual, la investigación de las fuentes históricas por el Circulo Histórico y las conclusiones de los Instructores. Éstos se forman dentro de la misma escuela y conocen desde sus entrañas el esquema de entrenamiento. La coparticipación de los miembros hace de esto un esfurzo conjunto donde todo aporte individual impulsa las metas conjuntas.
La escuela tiene la particularidad de fomentar espacios de participación para cualquier entusiasta, ya sea que busque una actividad Recreativa, Marcial o Deportiva. Nuestro esquema de entrenamiento modular le permite a cada miembro encontrar su lugar dentro de las clases y profundizar en aquellos temas de su interés. Así, puede elegir el entrenar en modalidad libre, participar del tema de clase, de los seminarios especiales o bien usar la liza de duelo.
Algunas personas se pueden ver tentadas a participar de una actividad de baja intensidad física y de carácter recreativo. Bien puede ser para realizar algún tipo de actividad física que sea entretenida e interesante, porque le despierta curiosidad la Edad Media y la historia europea o simplemente porque le gustan las armas.
Sin importar las razones por las cuales nos acercamos a la Sala de Armas, todos pasamos por un período de adaptación que nos instruye en los fundamentos básicos de la disciplina. En este caso, primero aprendemos a cuidarnos y la importancia de la seguridad antes de involucrarnos más profundamente en cómo producir una acción ofensiva. Lo que comunmente en las artes marciales orientales son las puntas de color, aquí lo son los niveles iniciales y recreativos.
Habiendo superado las metas iniciales y adquirido un conocimiento básico sobre la disciplina, la exigencia aumenta progresivamente a la par de la técnica. Quienes lo deseen pueden tomar la actividad como un arte marcial; que requiere como tal esfuerzo y dedicación para alcanzar el crecimiento personal.
Es momento entonces de adquirir el equipamiento adecuado y de mantener mayor constancia y dedicación. Cada miembro podrá decidir hasta qué intensidad desea practicar en base a sus metas. Se trabaja sobre los fundamentos que hacen a la táctica y efectividad buscando comprender cómo pudo ser realmente la disciplina. Nos preparamos para desenvolvernos en un combate en tiempo real. Si bien el contacto es opcional, paulatinamente se vuelve un requisito para poder crecer.
Quienes no deseen aumentar la exigencia física o adquirir equipo de entrenamiento especializado pueden seguir creciendo normalmente. Sin embargo, deben ser conscientes de que los tiempos y las metas no serán los mismos que aquellos que opten por un entrenamiento de mayor intensidad.
Tomando como punto de partida el Ciclo Literario sobre el Decamerón, nos sumergimos en la mente del peregrino y el exiliado. Los Referentes del Ciclo Literario y del Taller de Teatro seleccionarán algunas de las escenas más emblemáticas y deseadas del texto.
Entre todos pondremos a prueba a estos personajes buscando comparar nuestras reacciones con la de los personajes de la historia, cruzando lazos entre el maquinario medieval y el hombre moderno.
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Argentina
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